Mariano José de Larra (1809-1837), autor situado en un contexto económico y político-social gris, es considerado el padre del periodismo moderno y el periodista más importante de los siglos XIX y XX. Su estilo es esencialmente crítico y en él destaca el uso de la sátira y de la ironía. Heredó de sus antecesores, Juan de Mena, Quevedo, Cadalso y Jovellanos, ese espíritu crítico, disconforme, renovador y reformista que se proyecta en las generaciones literarias del 98, del 36 y del 50. Larra expresa a través de sus textos sus ansias de libertad, su angustia, sus deseos de progreso de la sociedad. A pesar de que era el autor mejor pagado de su tiempo, se muestra fundamentalmente pesimista. Larra encarna un eslabón muy importante para el periodismo de opinión. Fue famoso por frases como Vuelva usted mañana.
Larra destaca por su gran empleo de la sátira, género que se caracteriza por censurar por medio de un tono agrio o poner en ridículo a alguien o algo. Cuando escribió El Castellano Viejo haciendo de Don Braulio, demuestra su patriotismo pero por otra parte le decepciona todo lo que ve. Digamos que plasma el amor por lo que no le gusta de España. Lo que sobresale de sus escritos es el atraso del país. «Batuecas es a España lo que España es a Europa”. Otra acusación es su pesimismo en el terreno político porque nunca está de acuerdo con los que están en el poder y le fastidia que la gente critique a su país pero no hace nada por mejorarlo.
También empleó abundantemente la ironía, burla fina y disimulada, y la propulsó en los géneros periodísticos a través de los medios de comunicación. En la censura, se produjo el tormento y el triunfo de Larra porque las libertades estaban muy limitadas pero él se las arreglaba para mostrar sus ideas entre línea y línea. Lo que no se puede decir, no se debe decir es un ejemplo de artículo en el que, intentando dar a entender que no lo pretende, no para de criticar a la censura. A su vez, critica a sus compatriotas para disimular su propia falta de cultura.
En cuanto a la vigencia de Larra, el año pasado mismo, 2009 se conmemoró el bicentenario de su nacimiento el 24 de marzo. Acudieron el heredero de la corona, Felipe de Borbón, que ejerció de presidente de honor; su esposa, el ministro de Cultura, César Antonio Molina, el descendiente del escritor, Jesús Miranda, el comité organizador de los actos y los miembros del Ateneo de Madrid. El ayuntamiento de Ávila también participó organizando una exposición y una mesa redonda, así como un congreso. La conclusión de dicha mesa redonda fue que Larra sigue teniendo un lugar muy importante en la actualidad y que destacó su faceta política, su papel de crítico y reformador teatral, y su papel como periodista.
Jesús Miranda, descendiente de Larra, afirmó antes de entrar al Ateneo que si Larra hubiese vivido hoy no se habría suicidado porque era un hombre que se consideraba fuera de su tiempo. Sus artículos se consideran de gran calidad narrativa y en varios de ellos da la sensación de que en los últimos 200 años apenas ha cambiado nada. En un artículo de Ricardo Senabre publicado en elcultural.es, dice que la única fórmula para saber por qué un escritor se convierte en clásico es únicamente con el paso de los años y que puedan ofrecernos la perspectiva suficiente para apreciar los caminos que el escritor abrió, los motivos y recursos que sirvieron posteriormente a otros autores.
En conclusión, estamos ante uno de los escritores que con más fuerza pusieron su pluma al servicio del periodismo y del país.